sábado, 4 de julio de 2015

El crack es la porquería más consumida en Alto Paraná"
 
  



 
"El crack es la porquería más consumida en Alto Paraná" / Vanguardia / El fiscal antidrogas en el Alto Paraná, Manuel Rojas Rodríguez, reveló ayer que entre las sustancias estupefacientes más consumidas en este departamento se encuentra el crack, por encima de la marihuana, que está en segundo lugar. Advierte que tal droga es la más dañina y a la vez barata, por ser la "porquería" desechada de la cocaína. Coincidió con el jefe regional de la Policía Antinarcóticos, al afirmar que la crisis económica induce al microtráfico, así como al consumo de las drogas.

Tras la manifestación del subcomisario Porfirio Guerrero, jefe del departamento Antinarcóticos de la Policía Nacional, sobre la relación que tiene la crisis económica con el microtráfico en el décimo departamento, el fiscal antidrogas Manuel Rojas, agregó que el mal pasar en el bolsillo de la gente, repercute también en la salud mental, específicamente a la depresión.

"Muchos ya perdieron el trabajo, luego de esta recesión económica en nuestra ciudad y ello produce una depresión social y propicia al consumo de drogas", expresó Rojas.

El citado representante del Ministerio Público se refirió al crack como la "porquería" más consumida por los jóvenes en el Alto Paraná, debido al bajo costo con que ofrecen los microtraficantes barriales. Dijo que cada toco de dicha sustancia se consigue desde G. 5 mil, y la dosis a veces es consumida por los compradores en un día, lo que causa un gran daño al adicto.



MUY PERJUDICIAL



Rojas Rodríguez, quien es fiscal antidrogas desde al 2006, afirmó que en Paraguay se lava la cocaína traída de países como Bolivia y su pasta base constituye la parte más ácida, que es desechada por los traficantes, pero luego es expuesta al sol, para ser convertida en piedras y así ser comercializada al público, especialmente adolescentes.

"Los efectos dañinos del crack es mucho peor de lo que produce la marihuana, teniendo en cuenta que tiene una alta concentración de ácido sulfúrico", expresó el fiscal antidrogas.



LA CÁRCEL NO  ES SUFICIENTE



Manuel Rojas dijo que para combatir la venta y el consumo de las drogas no es suficiente meter presos a los adictos y microtraficantes, sino más bien hace falta mayor información integral para la ciudadanía, así como también faltan centros de desintoxicación y lugares de internación para adictos. "Salud Pública no ofrece tales servicios y uno tiene que recurrir a fundaciones u otros lugares privados, como por ejemplo, en Foz de Yguazú, Brasil, la internación diaria cuesta 300 reales y los adictos necesitan al menos 45 días de tratamiento interno", expresó.

También instó a los moradores de barrios infestados por traficantes a emular a los vecinos del Km 9 Monday de Ciudad del Este, quienes se manifestaron e hicieron "volar" a los delincuentes que se dedican a la venta de drogas e incluso propiciaron el cambio en la estructura policial de dicha zona.

En la capital departamental, los principales focos de distribución de drogas a menudeo están en los barrios San Rafael, Remansito y Santa Ana. En tanto, Presidente Franco tiene a microtraficantes, en prácticamente todos los barrios. Sin embargo, en Hernandarias y Minga Guazú se tiene muy poca circulación de drogas, según el fiscal Rojas.

Efectos nocivos en el consumidor

Los médicos advierten que el crack causa un intenso "viaje" de corta duración, seguido inmediatamente por lo opuesto: depresión intensa, tensión nerviosa y ansia por más droga.

Los que la consumen a menudo no se alimentan ni duermen apropiadamente. Pueden experimentar un marcado incremento del ritmo cardíaco, espasmos musculares y convulsiones. La droga puede hacer que la gente se sienta paranoica, enojada, hostil y ansiosa, incluso cuando no están bajo su influencia.

Sin tener en cuenta lo que se consuma de la droga o con qué frecuencia, el crack incrementa el riesgo de que se experimente un infarto, derrame cerebral, ataques o insuficiencia respiratoria; cualquiera de ellas puede resultar en una muerte súbita.

Además de los riesgos usuales asociados con el uso de la cocaína, los consumidores de crack pueden experimentar problemas respiratorios, incluyendo tos.

Los efectos a largo plazo del consumo de crack incluyen daños graves al corazón, hígado y riñones. Los consumidores son más propensos a padecer enfermedades infecciosas.

El consumo diario continuado causa falta de sueño y pérdida del apetito, lo que termina en desnutrición.

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