FAMILIA Y PREVENCION
Es evidente que la epidemia del consumo
de drogas tanto legales como ilegales que nos impacta en la actualidad,
ha despertado finalmente un alto índice de conciencia social al
respecto.
De hecho ha motivado a muchos a opinar
acerca de las múltiples causas del fenómeno y a examinar los profundos
desajustes sociales que estamos viviendo. Aun así es frecuente encontrar
la actitud de esperar que alguien
o algo nos resuelva este problema que
sabemos que puede afectarnos a nosotros directamente o a nuestros hijos o
familiares.
En esta vorágine de señalamientos se nos
olvida, a veces, que todos tenemos una responsabilidad social de formar
parte de la solución, no solo con palabras, sino con hechos!
Cuando revisamos el rango de acción mas
asequible a todos nosotros, para poder actuar en prevención del consumo
de drogas en los niños y jóvenes en formación, es necesario volver una y
otra vez a la misma conclusión:
la familia es la entidad donde debemos
comenzar nuestros esfuerzos.
Sí, con nuestra propia familia, podemos
comenzar de inmediato a planificar e implementar acciones concretas que
lleven a preparar a todos nuestros hijos para tomar decisiones
apropiadas en cuanto a consumo de drogas
se refiere.
Es cierto que solo decirles que digan no a
las drogas, no es suficiente. También es verdad que el no hacer nada,
es la peor decisión que podamos tomar como padres.
Los enfoques modernos en prevención nos indican que la prevención por amenaza o castigo tampoco son efectivos.
Nuestros esfuerzos, mas bien deben
fundarse en el fortalecimiento de los valores y habilidades humanas, la
comunicación, la educación, el respeto mutuo y el amor familiar. Así
como en el establecimiento de normas
firmes, pero amorosas.
La familia es el núcleo social donde se
forman nuestros ciudadanos. Es el grupo humano donde se transmiten los
valores espirituales por medio del ejemplo. Por lo tanto es sumamente
importante que asumamos nuestra
responsabilidad como padres o madres,
líderes de familia y equipemos a nuestros hijos con herramientas que les
permitan una vida libre de drogas.
Algunas de las habilidades concretas que es necesario reforzar para resistir la presión de grupos negativos son:
* Fortalecer la capacidad de tomar decisiones personales.
* Enseñar a enfrentar los problemas.
* Promover la autoaceptación y autoestima.
* Fomentar la expresión de sentimientos.
* Ayudar a que florezca la capacidad de amar.
Todas estas habilidades son transmitidas
por el ejemplo mas que por otros medios. De manera que debemos revisar
en nosotros mismos estas capacidades y fortalecer las que hagan falta,
para luego poder legárselas a
nuestros hijos.
Algunas familias son chicas, otras son
mas grandes. En algunas faltan el padre o la madre, pero en todas es
posible mejorar, con nuestro esfuerzo, el ambiente familiar.
El conversar con nuestras familias a
través de reuniones especialmente dedicadas a ese fin, es de suma
utilidad. Luego de la cena, por ejemplo, podemos reservar 15 minutos
para tocar los temas del día o de la semana
y fortalecer de esta manera la
comunicación.
Para lograr un ambiente sano en la familia se necesita solo buena voluntad, orientación adecuada y amor entre sus miembros.
Uno de los sentimientos mas
transcendentales en la vida de un ser humano, es el que proviene de
asumir la responsabilidad de brindar lo mejor de nosotros para el
mantenimiento de este ambiente familiar sano, que es
clave en lograr para nuestros hijos la
posibilidad de una vida libre de drogas.
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