Chicos recuperados cuentan su camino para salir de la adicción a las drogas
Salir
de las drogas implica un proceso lento y lleno de dificultades, que por
suerte algunas personas logran pasar con mucha voluntad y acompañados
por su familia. Tres jóvenes recuperados contaron cómo lograron salir y
qué proyectos tienen hoy en día para seguir adelante.
Ricardo Lomoro, de 18 años, Isao Méndez, de 19 y José Carlos Reyes, de 25, conviven desde hace algunos años en la Comunidad Cenáculo, que se encuentra en la provincia de Buenos Aires y se dedica a ayudar a adictos en su recuperación a través de la fe, ya que se trata de una comunidad católica.
Ricardo comenzó a consumir a los trece, y luego de algunos años decidió cambiar su estilo de vida. "A los 17 decidí cambiar porque no le encontraba sentido a mi vida, la droga te muestra una alegría al principio y después te lleva al sufrimiento, al dolor y la angustia. Sufren todos, la familia también, sufrí mucho y un día decidí dejar de sufrir así", contó el joven, que hoy lleva dos años en la Comunidad.
José Reyes, hoy con 25 años, lleva cinco en la comunidad y asegura que dejó atrás su pasado para sanar las heridas y seguir adelante, "La esencia de la comunidad es perdonar todo lo que nos ha pasado, en un proceso de sanación; cuando nosotros encontramos ese alivio a través de la oración y de la amistad verdadera ya nuestra forma de pensar cambia. Y cuando nuestra cabeza con nuestro corazón se unen, cambias", dijo el joven, y agregó que el apoyo de su familia fue crucial en su proceso de recuperación.
Algunos de los planes que los chicos tienen hoy están ligados a volver a casa, ayudar a los demás y terminar la escuela. "Yo quiero terminar la escuela primaria, porque no pude y seguir estudiando", dijo Ricardo. "Quiero reconciliarme con mi familia, por las heridas que les cause y por las que ellos me causaron a mí", dijo José.
En este caso lo que intentan mostrar con sus testimonios es la posibilidad de salir de las adicciones, sólo una posibilidad más entre todos los tratamientos que hoy existen, "Queremos decir que sí se puede, que los chicos tienen que tener esperanza, cuando llegamos lo último que pensé era que Dios me iba a ayudar y hoy creo que maneja todo", aseguraron los jóvenes.
Hoy a las nueve y media de la mañana se dará una charla en el Colegio del Carmen para padres y jóvenes sobre la temática, con la presencia de testimonios reales.
Ricardo Lomoro, de 18 años, Isao Méndez, de 19 y José Carlos Reyes, de 25, conviven desde hace algunos años en la Comunidad Cenáculo, que se encuentra en la provincia de Buenos Aires y se dedica a ayudar a adictos en su recuperación a través de la fe, ya que se trata de una comunidad católica.
Ricardo comenzó a consumir a los trece, y luego de algunos años decidió cambiar su estilo de vida. "A los 17 decidí cambiar porque no le encontraba sentido a mi vida, la droga te muestra una alegría al principio y después te lleva al sufrimiento, al dolor y la angustia. Sufren todos, la familia también, sufrí mucho y un día decidí dejar de sufrir así", contó el joven, que hoy lleva dos años en la Comunidad.
José Reyes, hoy con 25 años, lleva cinco en la comunidad y asegura que dejó atrás su pasado para sanar las heridas y seguir adelante, "La esencia de la comunidad es perdonar todo lo que nos ha pasado, en un proceso de sanación; cuando nosotros encontramos ese alivio a través de la oración y de la amistad verdadera ya nuestra forma de pensar cambia. Y cuando nuestra cabeza con nuestro corazón se unen, cambias", dijo el joven, y agregó que el apoyo de su familia fue crucial en su proceso de recuperación.
Algunos de los planes que los chicos tienen hoy están ligados a volver a casa, ayudar a los demás y terminar la escuela. "Yo quiero terminar la escuela primaria, porque no pude y seguir estudiando", dijo Ricardo. "Quiero reconciliarme con mi familia, por las heridas que les cause y por las que ellos me causaron a mí", dijo José.
En este caso lo que intentan mostrar con sus testimonios es la posibilidad de salir de las adicciones, sólo una posibilidad más entre todos los tratamientos que hoy existen, "Queremos decir que sí se puede, que los chicos tienen que tener esperanza, cuando llegamos lo último que pensé era que Dios me iba a ayudar y hoy creo que maneja todo", aseguraron los jóvenes.
Hoy a las nueve y media de la mañana se dará una charla en el Colegio del Carmen para padres y jóvenes sobre la temática, con la presencia de testimonios reales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario