Mansilla dijo que el paco “es como una patada al cerebro” (La Mesa de Café)
Juan Carlos Mansilla, coordinador nacional del programa de municipios de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), sostuvo que “hay un daño social, una situación de vulnerabilidad previa, al consumo del paco”.
“El paco es el sobrenombre de una droga que puede tener distintas maneras de producirse, por eso técnicamente se lo ha denominado cocaína fumable;(...) este tipo de sustancia puede ser el resabio del último proceso para elaborar el clorhidrato de cocaína, o algo que se produce a través de un estiramiento con sustancias absolutamente venenosas, para lograr una pasta que sea fumable y muy barata”, explicó Mansilla a Cadena 3.
Al ser fumable, la droga tiene un efecto inmediato, “es como una patada al cerebro”, e implica que la persona tiene un efecto muy rápido y muy corto, al cual le sucede un vacío muy grande por lo cual se busca consumir de nuevo.
“Entre lo que se llama el consumo experimental y la adicción hay drogas que tienen una brecha muy larga, puede pasar mucho tiempo hasta que se consuma la adicción y a veces ni ocurre, pero en el caso del paco la brecha es muy corta”, indicó.
No obstante, alertó que “también es cierto que las drogas no pueden desentenderse del contexto en el cual se consumen, por ejemplo, los chicos en Costa Salguero no murieron por el consumo de paco, (...) el éxtasis tampoco se va a consumir en un barrio vulnerable o una villa de emergencia”.
“Hay un daño social, una situación de vulnerabilidad previa, al consumo del paco; probablemente estamos hablando de jóvenes que tienen un consumo anterior sobre el cual no se alertó”, analizó Mansilla.
Advirtió, también, que “se trata de deterioros sociales previos, no se arranca en cualquier barrio con esto”.
El especialista apuntó que “lo primero que se detectó siempre fueron los consumidores, más que la sustancia”. Y recordó la primera vez que vio a una persona adicta al paco: “Llegó al centro de integración social una señorita que tenía toda la sintomatología del consumo de cocaína fumable”.
“La familia decía que fumaba una sustancia que le producía efectos muy rápidos, tenía un deterioro grande en la boca, estaba muy delgadita, inapetente, anoréxica”, describió.
La Mesa de Café.
“El paco es el sobrenombre de una droga que puede tener distintas maneras de producirse, por eso técnicamente se lo ha denominado cocaína fumable;(...) este tipo de sustancia puede ser el resabio del último proceso para elaborar el clorhidrato de cocaína, o algo que se produce a través de un estiramiento con sustancias absolutamente venenosas, para lograr una pasta que sea fumable y muy barata”, explicó Mansilla a Cadena 3.
Al ser fumable, la droga tiene un efecto inmediato, “es como una patada al cerebro”, e implica que la persona tiene un efecto muy rápido y muy corto, al cual le sucede un vacío muy grande por lo cual se busca consumir de nuevo.
“Entre lo que se llama el consumo experimental y la adicción hay drogas que tienen una brecha muy larga, puede pasar mucho tiempo hasta que se consuma la adicción y a veces ni ocurre, pero en el caso del paco la brecha es muy corta”, indicó.
No obstante, alertó que “también es cierto que las drogas no pueden desentenderse del contexto en el cual se consumen, por ejemplo, los chicos en Costa Salguero no murieron por el consumo de paco, (...) el éxtasis tampoco se va a consumir en un barrio vulnerable o una villa de emergencia”.
“Hay un daño social, una situación de vulnerabilidad previa, al consumo del paco; probablemente estamos hablando de jóvenes que tienen un consumo anterior sobre el cual no se alertó”, analizó Mansilla.
Advirtió, también, que “se trata de deterioros sociales previos, no se arranca en cualquier barrio con esto”.
El especialista apuntó que “lo primero que se detectó siempre fueron los consumidores, más que la sustancia”. Y recordó la primera vez que vio a una persona adicta al paco: “Llegó al centro de integración social una señorita que tenía toda la sintomatología del consumo de cocaína fumable”.
“La familia decía que fumaba una sustancia que le producía efectos muy rápidos, tenía un deterioro grande en la boca, estaba muy delgadita, inapetente, anoréxica”, describió.
La Mesa de Café.
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